ALEJANDRO VILLALOBOS DONA ACERVOS PROPIOS Y DE SUS MAESTROS: MARQUINA, ANDREWS Y GENDROP, AL ARCHIVO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA
· El fondo se constituye por 45,544 unidades documentales, entre publicaciones, folios, planos, fotos, pruebas de impresión, diapositivas y láminas, etcétera
“El factor común de los acervos que integran el fondo, que lleva el nombre de quien habla, se centra en el fenómeno urbano prehispánico. Sin duda, un gran tesoro, al grado de que es imposible disfrutarlo en solitario y debe estar al alcance de todas y todos”, manifestó el arquitecto y arqueólogo José Alejandro Villalobos Pérez (Ciudad de México, 1959), durante la ceremonia de donación de sus colecciones al Archivo Nacional de Arqueología (ANA).
Esta mañana, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reconoció la trayectoria y la generosidad del especialista, no solo por aportar a la nación los materiales producto de su labor de más de 40 años, sino también los de sus maestros: Ignacio Marquina Barredo (1888-1981), George F. Andrews (1918-2000) y Paul Gendrop Francotte (1931-1987), tres grandes del estudio de la arquitectura mesoamericana.
En el evento, que concitó a una audiencia que abarrotó el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún, del Museo Nacional de Antropología (MNA), Alejandro Villalobos recordó que fue petición expresa de Marquina y Andrews, que él preservara sus archivos, pero con la advertencia clara de los deudos: “si no vienes por ellos, se los lleva el basurero”. Mientras que el de Gendrop, es una copia de su acervo documental, por la que, a finales de la década de 1980, pagó 323 dólares.
“El contenido del fondo es excepcional, como sus autores. Su organización contó con contribuciones que nos hicieron cambiar muchos códigos y criterios de clasificación”, anotó al agradecer el apoyo de sus alumnos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), del INAH.
“No puedo ser más que generoso, como la vida ha sido conmigo, con el obsequio de los maestros que me formaron. Por lo cual, este acervo al permanecer en el Museo Nacional de Antropología, regresa al origen. Cumplir nuestra cita con la historia académica, institucional, es desafiar al porvenir”, expresó Villalobos, seguido de sendos aplausos.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, detalló que el Fondo Alejandro Villalobos del ANA, se constituye por 45,544 unidades documentales, entre publicaciones, folios, planos, fotos, pruebas de impresión, diapositivas, láminas, hojas de contacto, perspectivas, colecciones, copias, negativos y otros. De ese total, 20,726 unidades documentales son producto del trabajo de Villalobos.
Reiteró que, a partir de hoy, “este fondo, de carácter histórico, se incorpora al repositorio que resguarda la memoria de la arqueología en México, donde se conservan importantes acervos, como el de la Dirección de Monumentos Prehispánicos, recientemente inscrito como Patrimonio Documental de nuestro país, ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; o los de Jorge Acosta, Florencia Müller, Román Piña Chan y Enrique Nalda, entre otros.
“Se trata de un aporte relevante para la comunidad académica del INAH, pero que también es de interés para todas y todos los estudiosos nacionales y extranjeros de la arquitectura, arqueología y conservación arquitectónica”, puntualizó el antropólogo, en la ceremonia en la que también estuvieron el secretario técnico y el titular de la CNA, José Luis Perea González y Francisco Mendiola Galván, respectivamente.
La directora de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Mónica Cejudo Collera, destacó la transdisciplina que ha caracterizado la carrera del profesor-investigador Alejandro Villalobos, inculcando un paradigma fundamental: “El objeto arquitectónico es objeto arqueológico. Los arquitectos somos, y deberíamos ser, más arqueólogos, y viceversa”.
Al respecto, quien fuera su discípulo, el arquitecto perito del INAH, Armando Michaus, expuso que Villalobos sabía conciliar los núcleos duros de la arqueología y la arquitectura: “Decía, de manera poética, que los arquitectos en Mesoamérica, particularmente en Teotihuacan, eran fabricantes de sueños. Nos transmitía que vivir en comunidad, era la manifestación de un mismo esfuerzo; que la conceptualización de la arquitectura en sus vertientes de habitabilidad, expresividad, funcionalidad y constructividad, era reflejo de la cosmovisión y organización social”.
Por su parte, el arquitecto Estanislao Labra y del Moral, la arqueóloga Rosa Reyna Robles y, su hijo, Tarek Villalobos Cacho, hablaron, respectivamente, del trabajo gremial realizado por el homenajeado para constituir el Sindicato Nacional de Arquitectos Conservadores del Patrimonio Cultural (del que fue secretario general); del novedoso enfoque metodológico de su tesis doctoral: Urbanismo y arquitectura mesoamericana, y del hombre apasionado por el conocimiento.
Una muestra de los materiales donados, referente a 70 dibujos reconstructivos y planos de urbes prehispánicas, realizados por Ignacio Marquina, se exhiben en el patio de la segunda planta del MNA.